Rosendo Alterna Festival

Fieles a la música, a la nación, al Alterna Festival

[et_pb_section bb_built=»1″ admin_label=»Cabecera» next_background_color=»#ffffff» _builder_version=»3.8.1″ background_image=»http://mariapachon.contextosocial.com/wp-content/uploads/2018/07/PachonWeb-Alterna.jpg» bottom_divider_style=»slant» use_background_color_gradient=»on» background_color_gradient_start=»rgba(0,0,0,0.75)» background_color_gradient_end=»rgba(0,0,0,0.53)» background_color_gradient_overlays_image=»on» disabled=»off» disabled_on=»on||»][et_pb_row _builder_version=»3.8.1″][et_pb_column type=»4_4″][et_pb_divider _builder_version=»3.2″ show_divider=»off» height=»20px» /][et_pb_post_title _builder_version=»3.2.1″ featured_image=»off» text_color=»light» text_bg_color=»rgba(0,0,0,0.25)» title_text_align=»center» title_font_size=»60px» title_font=»Andada|700|||||||» author=»off» date=»off» comments=»off» meta_font=»|600|||||||» meta_text_align=»center» meta_font_size=»16″ meta_line_height=»3em» /][et_pb_divider _builder_version=»3.2″ show_divider=»off» height=»100px» /][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section][et_pb_section bb_built=»1″ admin_label=»Cabecera Móvil» next_background_color=»#ffffff» _builder_version=»3.8.1″ background_image=»http://mariapachon.contextosocial.com/wp-content/uploads/2018/07/PachonWeb-Alterna.jpg» bottom_divider_style=»slant» use_background_color_gradient=»on» background_color_gradient_start=»rgba(0,0,0,0.75)» background_color_gradient_end=»rgba(0,0,0,0.53)» background_color_gradient_overlays_image=»on» prev_background_color=»#ffffff» disabled=»off» disabled_on=»|on|on»][et_pb_row _builder_version=»3.8.1″][et_pb_column type=»4_4″][et_pb_divider _builder_version=»3.8.1″ show_divider=»off» height=»20px» /][et_pb_post_title _builder_version=»3.8.1″ featured_image=»off» text_color=»light» text_bg_color=»rgba(0,0,0,0.25)» title_text_align=»center» title_font_size=»50px» title_font=»Andada|700|||||||» author=»off» date=»off» comments=»off» meta_font=»|600|||||||» meta_text_align=»center» meta_font_size=»16″ meta_line_height=»3em» /][et_pb_divider _builder_version=»3.8.1″ show_divider=»off» height=»20px» /][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section][et_pb_section bb_built=»1″ prev_background_color=»#000000″][et_pb_row][et_pb_column type=»4_4″][et_pb_text _builder_version=»3.8.1″]

Alterna Festival continúa creciendo sin perder las cualidades que, desde el inicio en 2008, persuadieron a quienes huyen de los eventos playeros masificados: buen trato, buen lugar, buenos precios y buen cartel.

Durante el pasado fin de semana, El Bonillo, característico pueblo manchego considerado por sus pocos más de dos mil ochocientos habitantes como la nación, se transformó en un pequeño parque temático que incluyó piscina, bar, un agradable jardín (#EspacioRollingCyrcus) donde se desarrollaron talleres de trapecio, acroyoga, peleas de gallos, exhibiciones de grafitis, etc., una zona de acampada con sombra, un área para caravanas y furgones e, imprescindible, un modesto recinto con un único escenario (#EspacioQuijote) dispuesto a albergar con desahogo a unas 4.000 personas. Aunque cada uno de estos espacios estaban situados en lugares apartados entre sí, a menos que te parases a hablar con la vecindad bonillera -que sentada en las puertas de sus casas observaba sonriente el desfile de camisetas negras, tatuajes, caras pintadas, crestas y rastas-, la distancia entre los puntos más alejados se podía recorrer en apenas un cuarto de hora.

El equipo de trabajo conformado por el Ayuntamiento de El Bonillo, la asociación local Rolling Cyrcus (quien gestó Alterna Festival hace once años y continúa administrando el #EspacioRollingCyrcus) y Berrintxe Producciones (que se hizo cargo de la realización del evento a partir de la quinta edición en 2012) ha vuelto a resultar eficaz tanto en la venta, como en la seguridad y la limpieza. Las colas para ir al baño, a la piscina, a la recarga de tickets o de bebidas no llegaron nunca a ser excesivas; solo las que se formaron para entrar al recinto fueron en determinados momentos más largas, pero sin llegar a ser abusivas (es cierto que el sistema de pulsera inteligente agiliza la venta en las barras, aunque también ralentiza el ingreso a los conciertos por aquello de tener que fichar la entrada y la salida y soportar los problemas que a menudo dan los aparatos de registro a la gente de seguridad). Tampoco se dio situación de overbooking en la piscina, ya que el horario fue organizado en turnos de tres horas: “Hasta que no salga una tanda, no entra la otra. De tres horas en tres horas desde las diez de la mañana”, explicaba el primer día una trabajadora al gentío despistado que se amontonaba con neveras y toallas en la puerta.

No tener que esperar gusta, como también gusta que en los baños se regalen artículos de higiene femenina y preservativos, que tres horas de piscina cuesten un euro y medio, que puedas tomarte un plato de paella y una cerveza en el bar de al lado por menos de cinco, que logres ver a una banda en la primera fila aun entrando tarde al concierto… Todo esto gusta, y aún gusta muchísimo más cuando de ver a Soziedad Alkohólika, Narco, Rat-Zinger, Hora Zulú, A.N.I.M.A.L., Insaniam, La Raíz o Rosendo se trata. Vamos allá:


Jueves, 5 de junio

Con mucha pesadumbre, la jornada del jueves se inició una hora más tarde de lo previsto porque Fuckop Family no pudo actuar. En sus redes sociales, la banda de Alicante informaba a las tres de la tarde: “Tras la repentina noticia sobre el estado de un familiar de uno de los componentes de Fuckop Family, lamentamos informar de que no actuaremos esta tarde en Alterna Festival. Estábamos a punto de partir hacia el recinto cuando nos ha llegado tan triste noticia. Queremos agradecer la comprensión a toda la organización del evento, […] y dar apoyo a nuestro compañero para que pase este mal trago lo mejor posible”. Todos nuestros ánimos, Ricky.

La psicosis de Insaniam no ganó la batalla al calor de la siesta tardía en El Bonillo. Apenas cincuenta personas disfrutaron del black death metal de los paisanos de Albacete, espectáculo que incluye una propuesta estética imponente mediante el uso de máscaras y atrezo que evoca películas de terror. “Insanos gusanos”, alentaba el vocalista a un público sofocado que se rebeló contra el calor destrozando sus cervicales en Epidemic Race y en Disequilibrium, del recién editado ‘Ominius Era’. Buen bolo que habría lucido mucho más a otra hora de la noche, pero que no habría generado el flamante y recurrente en estos días: “Con más calor que los Insaniam en el Alterna”.

Ya con la caída del sol, los también albacetenses Barrizal gozaron con la entrega de una buena muchedumbre que inauguró los pogos en Alterna con canciones de sus tres discos (Ecos del Pueblo, Perniles de jamón serrano, Luces, cámaras y acción) y de versiones infalibles como Ellos dicen mierda o Txus, de La Polla Records. Buen sonido y afán por parte de este trío que precisamente el año pasado no pudo tocar a consecuencia del barrizal provocado por la lluvia.

Presentando su nuevo trabajo, ‘El Parque de los Poetas’, Sínkope acumuló frente a sí, como suele hacer, a un público abundante y heterogéneo -más que nunca ahora hubo menores en el recinto-. Aunque la salida de Juan Flores “Chino” a la guitarra pudo afligir a puristas, lo cierto es que la banda de Extremadura continúa sonando tan bien como siempre y los nuevos temas, especialmente Mi barca y mi mar, ya son coreados tan altos como Humo de contrabando y Cuando no te pones la falda. “No es no”, dijo Vito Íñiguez para denunciar el caso de La Manada: “Que si las mujeres deben vestirse de negro, que si deben hacerlo de rojo… Las mujeres tienen que vestir como les dé la gana”, reclamó, y concluyendo con En tarros de miel la gente pareció quedarse con buen sabor en los labios.

La denuncia a La Manada y a todos los casos de violencia de hombres hacia las mujeres ha estado presente en el discurso de bastantes vocalistas (Skakeitan, Trashtucada, Riot Propaganda, La Raíz), y también ha procurado ser parte de la identidad del propio evento, que instauró un “punto morado de información y ayuda para lograr un festival sin agresiones sexuales”.

Tras veinte años de trabajo y, precisamente, con una apología de la violencia y de comportamientos machistas, los madrileños Non Servium han trascendido de la escena Oi! colándose en festivales de diversa índole como Alterna. Sin bengalas esta vez, Non Servium parece añadir soldados leales al ejército de El espíritu del Oi!, que obedecen a una rígida rebelión con canciones como Los Demonios de la noche, A.C.A.B. y Madrid.

La rectitud predecesora fue desbaratada en un segundo con la subida al escenario de Lendakaris Muertos: sin tregua, sin vergüenza y sin punteos, Aitor Ibarretxe y los suyos saben cómo repartir humor negro y críticas mordaces a diestro y siniestro para que nos repartamos de risa entre empujones. Con su último álbum de dieciséis minutos, ‘Podrán Cortar La Droga Pero No La Primavera’, Lendakaris Muertos se ratifica como la banda más honesta y descarada del punk estatal: desde que arranca su show con el alegórico himno de la URSS, la explosión de la gente hace retumbar el suelo con Gora España, Húngara Chúngara, ETA deja alguna discoteca, Pasao de Rosca y Oso Panda, entre otras muchas. Infalibles sinvergüenzas.

De la frescura de los pamploneses, a la indecencia de Narco. Los sevillanos repasaron casi al completo su reciente ‘Espichufrenia’. Con este último álbum, así como con su presentación en directo, Narco ratifica a Distorsión Morales como líder moral de la mítica banda, dejando a un lado los sonidos más crudos y los ambientes más oscuros de la primera etapa para redirigir su sonido hacia el crossover de los samplers y de las bases de Abogado del Diablo. No faltaron Tu Dios de Madera, Dame Veneno, La puta policía, Chispazo ni Son Ellos; sin embargo, la era del Kolikotrón parece haberse terminado: salve ‘Espichufrenia.

El grupo donostarria Skakeitan clausuró la noche con su extraordinario ska-rock-reggae-rocksteady y la motivante hiperactividad de su vocalista y frontman Pello Armendariz. Las letras en euskera, la cuidada voz, la evocación a Fermín Muguruza, los coros femeninos, las composiciones que entremezclan trombones, electrónica, guitarras entrecortadas, percusiones jamaicanas (en Koreografia Zaharrak, Herentzia, Tu aprobación…), las versión de Lonely Boy de The Black Keys… Todo, absolutamente todo, convierte a Skakeitan (que ya cumple una década) en una poderosa banda y en un broche inmejorable para la primera jornada de fiesta.


Viernes, 6 de julio

Cierto es que resulta imposible satisfacer a todo el mundo con la disposición de los horarios en un festival. Pero disgusta que la banda con más reconocimiento internacional de cuantas han pisado el escenario de El Bonillo en 2018 haya sido la encargada de dar inicio, a las cinco y veinte de la tarde, a la segunda y más calurosa jornada de Alterna. A.N.I.M.A.L., exponente del metal gaucho desde los años 90, ha conmemorado el vigésimo aniversario del legendario disco ‘Poder Latino’ con una gira alrededor de España que ha finalizado este pasado fin de semana con la fecha de El Bonillo y, al día siguiente, la de Madrid. Alegóricamente, el setlist arrancó con Sol para recrearse después en el disco homenajeado -con Loco proMilagro, Latinoamérica o las versiones Fuerza para aguantar y Copkiller-. Sin embargo, fue modificado al gusto de la treintena de personas que alentaban a los argentinos. Combativo, pidió el público cuando Andrés Giménez advirtió que se marchaban; y A.N.I.M.A.L. descargó a gusto de sus seguidores dándoles “los más sinceros agradecimientos, locos”.

Los hijos bastardos del Papa de Roma que se convocan bajo el nombre de Rat-Zinger llegaron a bordo de la ‘Santa Calavera’ poco antes de la caída del sol. Tan brutales como siempre, los hijos de perra que les esperaban en la pista solo pudieron echar en falta los sorprendentes recursos de luces de la banda a consecuencia del horario. La distorsión de Calico Pink superó a la del resto de bandas que pasaron por el mismo escenario, sirviendo una vez más como instrumento de adoración a Lemmy Kilmister (sobre todo durante la vociferada Tenéis speed?). Indestructibles, tema que pone fin al nuevo álbum, se suma a plegarias como Mi navaja, Soy un kalashnikov, Patria y Narcosanto. Larga vida a las ratas.

Con su elegancia habitual, Hora Zulú vio caer el sol desde el escenario. La excelencia de la banda suele siempre sobrepasar a lo puramente sonoro: esta vez, los granadinos abordaron la cuestión visual con la instalación de dos relucientes manos de Fátima que dirigieron aún más la atención de la gente hacia las refinadas maniobras de Paco Luque (musicales y artísticas, ya que los colosales amuletos son obra suya). El setlist “de canciones tristes” advertido -y amenizado- por Aitor Velázquez provocó el bullicio nostálgico en Dice el poniente, Agua de mayo, Ya que te pierdo y En tu nada (en las que Cordovilla y Luque insertan arreglos que convierten lo antiguo en flamante), así como un cántico ya repasado de Mis barraqueras, Gabinas de cochero y Que La Tierra Te Sea Leve (S.T.T.L.). Mientras Aitor continua anhelando que en un concierto sus seguidores le tiren “un cogollo que (le) haga sangre”, quienes seguimos a la banda ansiamos que, después de seis años, a Y si acaso y a Beatus Ille les nazcan hermanas y se aglutinen en un nuevo disco.

Los saltos y meneos de cervicales cesaron para dar paso a bailoteos de cadera con los cuatro grupos que proseguían: Asian Dub Foundation, La Raíz, Dubioza Kolektiv y Funkiwis. Pioneros del mestizaje cultural y musical con bases en la electrónica y el dub, los británicos se presentaron en formato completo para detonar los clásicos Flyover y Fortress Europe. El cartel de “lleno” lo colgó La Raíz durante un concierto de producción perfecta: tras dos horas de sincronización estudiada, emotivas palabras entre las canciones y una lista en la que evidentemente no faltó ni uno de sus éxitos porque, prácticamente, todos lo son (Entre poetas y presos, Borracha y callejera, Suya mi guerra, Elegiré, Rueda la corona, etc.), La Raíz garantizó a su legión de incondicionales que ‘Nos volveremos a ver’ aunque con esta gira digan adiós a los escenarios. Después de los valencianos, la fiesta viró hacia los Balcanes: ataviados con uniformes amarillos y negros, Dubioza Kolektiv hizo apología del flujo libre de la música -con referencia explícita a The Pirate Bay-  y “un poco de ruido” a base de su HOP, HOP, HOP… Finalmente, los vientos continuaron sonando en la 4ª Dimensión ofrecida por Funkiwis. El combo de funk, hip-hop y reggae que los valencianos han creado introdujo el Ritmo Hostil hasta en los cuerpos que a estas horas ya presentaban casos extremos de apatía.


Sábado, 7 de julio

El sábado a mediodía, el monólogo que Msias (Diego Varea, integrante de Sons of Aguirre) iba a desarrollar en #EspacioRollingCircus fue boicoteado por un grupo de personas que, con brazos en X, gritó consignas feministas hasta que el artista sentenció “no puedo trabajar así”. “No es justo”, se quejaba una chica. “Cualquiera podría pensar que Msias está acusado de violación o maltrato. Pero no, esto ha pasado por lo de Masa [Víctor Barroso], que es un tema delicado, claro… Pero también es delicado que aquí nos quedemos sin ver a Msias por lo otro”. Horas más tarde, durante el concierto de Sons of Aguirre, uno de los carteles que portaban una multitud de manifestantes ahora más numerosa exponía: “Masa agrede y su manada lo protege”; y dos días después, Diego Varea daba la réplica en su canal de Youtube. Durante el directo, también ondearon las banderas comunistas y muchas personas ataviadas con camisetas de la banda saltaron y cantaron sus temas.

Cualquier contrariedad se disipa con la banda festivalera por excelencia: “Los tíos nos han sacado 1.400 euros y seis puntos”, se lamentaba Juanmi, vocalista de Trashtucada, al inicio de su show. “Pero aquí estamos para pasarlo de puta madre”. Porque: ‘¿Quién Dijo Miedo?’. Desde Penélope hasta De festi? Vale, cada tema fue coreado -en un directo en el que se aprecian sonidos más duros- por un público afanado y mucho más multitudinario que el reunido en jornadas anteriores a esa misma hora. Con el ímpetu de Eli, la pericia de Juanmi, la versatilidad de Juanako, el vigor de Mota (que estaba enfermo y ni se le notó) y la destreza de Juanma, Robe y Javi, la sesión de zumba chiclanera está asegurada.

Y llegó el suspirado turno de Rosendo, una clase de Bob Dylan del rock patrio que se despide con un directo análogo a los de giras anteriores, pero en el que se respira el amargo aroma de la partida del músico de Carabanchel. Power trío clásico, sin florituras ni discursos, solo con ese rock de toda la vida que se eternizará en nombres como Agradecido, Y dale!, Pan de higo o Navegando. Te busco y estás ausente… Cuánto vamos a echar de menos tus Maneras de Vivir.

Soziedad Alkohólika debió tener algún problema técnico, pues su espectáculo, congénitamente impecable, se vio salpicado de errores durante Peces Mutantes. Aun así y tras arrancar con Alienado, tema del último disco que por ser más minucioso también resulta menos denso, los de Gasteiz dieron brea con Causas Podridas y Fugitivos, de su ‘Sistema Antisocial’, así como con Niebla de guerra o Sin dios ni ná. Por supuesto, también incitaron al festejo con Alkohol y Estado enfermo, y arrancaron los gritos más conmovedores con Cuando nada vale nada y Automarginado. Es S.A.: ¡Aúpa ahí!

La intro de Riot Propaganda es de esas que te retumban adentro bombeándote el corazón hasta que suenan los primeros acordes de Agenda Oculta. Y a partir de esta, la noción del ser se pierde porque las piernas comienzan a dar saltos con razón y sin control. Plata o Plomo, Cambiarlo todo, Bienvenido al paraíso (cover de Rockin’ in the free world de Neil Young), El peso del tiempo… La llegada de cada canción en este consabido directo es esperada, pero su fin, por supuesto, indeseado: desde que Los Chikos del Maíz y Habeas Corpus anunciaron su separación, prevista para septiembre de este año, la euforia de la nostalgia prematura envuelve a cada insuperable concierto. Qué remedio: Nos vemos en los piquetes.

Con O’Funkillo el aforo disminuyó considerablemente. El setlist de los sevillanos acopió temas de los primeros discos (Riñones al jerez, A jierro, Rulando, Pata palo) a merced de la vuelta de Javi Marssiano. El virtuosismo de cada miembro de la banda solventó la visible y audible descoordinación entre los mismos (sobre todo entre Anye Bao a la batería y el resto de músicos), de la misma manera que los coros de Cheché disimularon el ahogo de Andreas.

La electrónica, el rock y el rap se entremezclaron en una propuesta perfecta para el cierre de Alterna 2018, la ofrecida por los londinenses The Qemists. “Es un honor que esta gente esté aquí tocando en El Bonillo”, increpaba un chico a todo el mundo durante el concierto. Sí, es verdad. Pero el honor seguro que también es de ellos, como de hecho lo es para todas las personas que nos damos cita veraniega en Alterna Festival consolidando nuestra fidelidad a la nación de la música.


Entrevista publicada en Metal Sound.

[/et_pb_text][et_pb_image _builder_version=»3.8.1″ src=»http://mariapachon.contextosocial.com/wp-content/uploads/2018/07/PachonWeb-Alterna.jpg» force_fullwidth=»on» align=»center» /][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section]

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *